Métrica libre (o asalvajada, según se mire).

Y amor. Y dolor también.
Y soledad.
Y la luna, cada noche, plantada en mi cabeza.



viernes, 27 de abril de 2012

Una nueva última vez

Intentas aparecerte.

Te estoy viendo venir,
aunque te escondas.

No llamarás a la puerta
que se quedó con tu espalda.
No lo harás.
Pero lo piensas.



Te sueñas conmigo enfrente
los dos callados,
esperando a que el primero sonría
y después sonría el otro,
como siempre.

Imaginas cómo se nos cae la ropa
de repente
y que por última vez
tratamos de solventar
como lo hicimos
todas las últimas veces anteriores.

Y sabes, como sé,
que otra vez terminaremos fracasando.

Fracasaremos adrede
dejando el espacio justo
para intentar solventar
una nueva última vez
lo que sabes (lo que sé)
que nunca solventaremos.

Intentas aparecerte.

Me haces llegar las notas
que empujan los recuerdos,
porque te llama la nostalgia
de nuestro país extraño
del revés,
donde nunca valieron las palabras
más que los sentidos;
donde los sentidos valen
solamente lo que duran.

Imaginas y sonríes
(tú solo, por el momento,
porque yo no estoy enfrente).

Y yo no quiero tenerte
ni de frente ni en mi vida.
Ni delante de mi puerta.

Ni quiero que me sonrías
porque  sólo quedaría,
una nueva última vez,
sonreírte yo después
y desnudarme.

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